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dilluns, 13 de maig del 2013

Recomanacions: Germans i Gelosia


Alguns articles:


¡Jo, siempre él! Soluciones a los celos infantiles
Faber, A. Mazlish, E. Psicóloga y educadora infantil.
Ed. Alfaguara. Col. A mi me funcionó. Madrid 2001


è Se deben admitir los sentimientos mutuos entre los hermanos y las hermanas.
UN NIÑO: ¡Le voy a matar! Se ha llevado mis patines nuevos.
EL PADRE /LA MADRE:
Con palabras que expresen su sentimiento: ¡Estás realmente furioso!
Que reflejen su deseo:      Preferirías que te pidiera las cosas antes de usarlas.
Ofreciendo una alternativa creativa o simbólica: ¿Qué te parece si escribes un letrero que diga: “Propiedad privada “ y lo pones en la puerta de tu armario?
Hay que impedir a los niños que hagan daño a los demás: ¡Deténte! ¡No se debe hacer daño a las personas!

Y enseñarles a liberar sus sentimientos de rabia de forma admisible:  Dile con palabras lo enfadado que estás. Dile: “¡No quiero que uses mis patines sin mi permiso!”



è Los niños no necesitan que se les trate igual. Necesitan un trato único e individual.
En lugar de darles la misma cantidad: Ya tienes exactamente la mismas uvas que tu hermana
Dales en función de la necesidad de cada uno: ¿Quieres unas pocas uvas o un racimo grande?
En vez de manifestar el mismo cariño por cada uno: Te quiero igual que a tu hermana.
Mostrar al niño/a un cariño único y especial: No hay ningún niño como tú en todo el mundo. Nadie puede ocupar tu lugar en mi corazón
En lugar de dedicarles el mismo tiempo: Le he dedicado diez minutos a tu hermana,  y ahora te dedico a ti otros diez
Dedicarles tiempo en función de sus necesidades: Ya sé que llevo un buen rato corrigiendo la redacción de tu hermana. Es importante para ella. En cuento haya terminado, quiero que me cuentes eso tan importante.


è ¿Cómo hacer frente a la rivalidad entre hermanos?

Primer paso: Escuchar el punto de vista del niño.
Segundo paso: Expresar el propio punto de vista
Tercer paso:  Anima a tu hijo a desahogarse contigo
Cuarto paso: Escribe todas tus ideas, sin evaluarlas.
    Aseguraos de que cada niño disfruta de algún tiempo a solas contigo varias veces a la semana.
    Cuando dediques un tiempo a uno de tus hijos, no hables de los otros.
    No prives a tu “hijo favorito” de su atención para ofrecérsela a otro hijo menos favorecido.
    No encasilles a tus hijos en el lugar que ocupan en la familia –el mayor, el menor, el mediano -. Permite que cada uno de ellos experimente algunos de los privilegios y responsabilidades de los otros.
    Que el “espíritu familiar” no se convierta en una “prisión”.
    Hacer saber a cada niño lo que a sus hermanos les gusta o admiran de él.
    Programar las reuniones familiares.




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